jueves, 24 de enero de 2013

LA MENTE ABSORBENTE DEL NIÑO SEGÚN MONTESSORI



Nosotros adquirimos los conocimientos con nuestra inteligencia mientras que el niño los absorbe con su vida psíquica. Simplemente viviendo el niño aprende a hablar el lenguaje de su raza. Es una especie de química mental que opera en él. A este tipo de mente le hemos llamado Mente Absorbente. Nos resulta difícil concebir la facultad de la mente infantil pero sin duda la suya es una forma de mente privilegiada. 

El movimiento es otra de las conquistas maravillosas del niño. El recién nacido yace en su cama durante meses, pero transcurrido cierto tiempo camina, se mueve, goza, es feliz. El lenguaje penetra en su mente con toda su complejidad , así como el poder de dirigir sus movimientos según las necesidades de su vida. Aprende con sorprendente rapidez todo lo que se halla a su alrededor; costumbres, religión, se fijan en su mente de forma estable. Por eso nuestros salones de clases tienen un ambiente especialmente preparado para que el niño asimile cualquier cultura difusa en el ambiente sin necesidad de enseñanza. 

Nuestra obra de adultos no consiste en enseñar, sino en ayudar a la mente infantil en el trabajo de su desarrollo. La parte mas importante de la vida no es la que corresponde a los estudios universitarios, sino al primer período que se extiende desde el nacimiento hasta los seis años porque es en este período cuando se forma la inteligencia y el conjunto de las facultades psíquicas. Se recomienda que los niños entren a formar parte de nuestra educación Montessori a los 2 años para que adquieran la adaptación a la escuela en uno de nuestros salones de Nursery antes de empezar el programa Montessori que comienza a los 3 años y así poder beneficiarse plenamente del primer ciclo Montessori. A los 3 años de edad ya la mente esta preparada para asimilar los conocimientos dados en el ambiente escolar. 

La mente absorbente es desde cero hasta los seis años. Este período tiene dos subfases distintas: desde cero a tres años muestra un tipo de mentalidad a la cual el adulto tiene difícil acceso y de hecho no existen escuelas para estos niños; ellos no recuerdan las cosas de este período pero si pasan a la memoria inconsciente. La otra subfase : desde los tres hasta los seis años, en la cual el tipo de mente es el mismo, pero el niño empieza a ser particularmente influíble. Este período se caracteriza por las grandes transformaciones que se suceden en el individuo. Para convencerse de ello basta pensar en la diferencia que existe entre el recién nacido y el niño de seis años. De los tres a los seis años el niño tiene mente absorbente consciente, o sea que recuerda las cosas de este período y es lo bastante inteligente para ser admitido en la escuela. La pérdida de este período es irreparable. 

La idea fundamental del enfoque Montessori hacia la educación es que cada niño lleva dentro de si las potencialidades del hombre que un día será. De forma que pueda desarrollar al máximo sus capacidades físicas, emocionales, intelectuales y espirituales. El debe tener libertad, una libertad que se logra a través de la auto-disciplina y el orden. 

Los niños Montessori trabajan tres niveles juntos en un salón de clases, o sea de 3 a 6 años, lo que vendría correspondiendo a maternal, kindergarten y pre-primero y así sucesivamente. Esto de mezclar los niños puede parecer raro a quienes no tengan pleno dominio del sistema, pero lo cierto es que todas las escuelas Montessori del mundo, con profesores Montessori graduados, tienen los niños mezclados así, pues el método lo exige; de lo contrario no podría decirse que se trata de una escuela Montessori genuina. Al respecto la Doctora Montessori dice que en esta forma el niño pequeño aprende del mas grande y el más grande repasa las clases para su mejor preparación. Además el orden de sucesión en dificultad del material didáctico va aumentando y de ahí el niño va adquiriendo sus conocimientos conjuntamente con el ambiente preparado del salón de clases que es una de las cosas primordiales en la educación Montessori. Así, tiene el niño la oportunidad de aprender sin inhibiciones ni restricciones, pues el material está expuesto en los gabinetes para ser elegido por los niños. 

Esperamos que este artículo igual que los anteriores que he aportado para una mayor comprensión del método, sirvan de algo, pues lo he hecho con la mejor intención, dedicado a los padres de familia y personas dedicadas a la educación, quienes nos preguntan sobre el método Montessori.




viernes, 18 de enero de 2013

"OJO, CON CARGAR LA AGENDA DEL NIÑO"


La jornada laboral de los escolares, desde hace muchos años ya, no termina cuando suena el timbre del colegio. Más del 90% de los alumnos españoles de enseñanza obligatoria (de 6 a 16 años) desarrolla alguna actividad extraescolar, y algo más de la mitad, dos o más a la semana, según los datos del Ministerio de Educación. Estas actividades, que pueden tener muchas virtudes y ser beneficiosas para el escolar, responden muchas veces, según distintos expertos, solo a las necesidades de unos padres trabajadores que tienen que colocar a sus hijos muchas horas al día, o se eligen en función de los gustos parentales, y pueden llegar a suponer una carga demasiado pesada para algunos niños y niñas.


Más del 90% de los alumnos alarga sus tareas al salir de las clases ordinarias.
La jornada laboral de los mayores determina a veces el horario de los hijos.
Algunos colegios ofrecen horas de refuerzo para los alumnos rezagados.
Si se obliga al niño con actividades que no le gustan puede aborrecerlas.

Un estudio culminado en 2003 sobre las principales causas del estrés entre los chavales andaluces de 8 a 12 años, elaborado por la catedrática de Psicología Victoria Trianes concluyó que algunos de los factores que más les pueden agobiar son la preocupación por su apariencia física, participar en demasiadas actividades extraescolares y estar mucho tiempo solos.

Es muy difícil saber cuántos niños y adolescentes pueden estar sobrecargados, sobre todo teniendo en cuenta que el mismo peso que resulta ligero para un chaval a otro puede machacarlo. Lo que está claro es que puede llegar a ser un problema, explican por teléfono Trianes, y también la investigadora de la Facultad de Medicina de la Autónoma de Barcelona Beatriz Molianuevo. Juan Antonio Planas, presidente de la Confederación de Organizaciones de Psicopedagogía y Orientación de España, asegura que incluso puede acabar en fracaso escolar.

"No es lo habitual. Aunque es verdad que puede haber padres que por sus necesidades de trabajo necesiten que sus hijos estén en muchas actividades", señala Pilar Triguero, presidenta de la Confederación Democrática de APAS de Andalucía (Codapa). "Igual entre los que van a los conservatorios de música o practican deportes más en serio", añade María José Navarro, presidenta de la Federación de asociaciones de padres de Valencia.

En general, la mayoría de los escolares de educación obligatoria practican algún deporte, un 73% según las últimas cifras del Ministerio de Educación, de 2007. Muy por detrás, en porcentajes que van del 21% al 28%, estudian idiomas, música o danza, dibujo o pintura e informática.
Nada es blanco o negro en educación, dice Planas, y todo va a depender de cada chaval. "Cada niño y cada niña son seres únicos que por sus especiales circunstancias van a beneficiarse o a responder mejor unos que otros a determinados tipos de actividades", dice el profesor del Departamento de Psicología de la Universidad de Córdoba Juan Moriana.

"A veces, las actividades extraescolares, que pretenden ser la solución, se convierten en el problema. Así, un alumno inquieto, con atención dispersa, y que debe entrenar su atención mantenida, si se le apunta a actividades de deporte todas las tardes para tranquilizarlo, a la postre, cada vez tendrá menos hábitos de trabajo y de atención. Justo lo contrarío de lo que se pretendía", asegura el profesor de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Almería Jesús de la Fuente.

En general, los expertos no creen necesario ni recomendable acudir a estas actividades antes de los cinco o seis años. Si acaso, Moriana recomienda la natación para estas edades: "Supone un ejercicio físico muy completo para el desarrollo del menor y es positivo que los niños aprendan a nadar pronto", asegura. En cuanto al aprendizaje de idiomas, sobre todo el inglés, acepta que, cuanto antes se empiece, mejor. Eso sí, teniendo muy en cuenta la forma en que se van a recibir esas clases. "Los padres deberían asegurarse de que el método utilizado es adaptado a su edad, tremendamente lúdico (juegos, canciones) y poco instruccional", añade Moriana. "Para algunos aprendizajes es cierto que cuanto antes se empiece, mejor, pero con otros no tanto. De hecho, lo que a veces hacemos es quemar oportunides, porque sometemos a los niños a actividades que les vienen grandes y acaban aborreciéndolas", dice la psicóloga experta en educación infantil Gema Paniagua.

A partir de Primaria, en lo que insisten los especialistas es en tener muy en cuenta los gustos y las preferencias del niño y preguntar a los profesores y a los orientadores escolares, sobre todo para hacer un seguimiento de si el niño o adolescente no está teniendo problemas para seguir las actividades normales del colegio. "Habría que plantearse año a año la conveniencia de mantener cada actividad, en función de los resultados obtenidos y principalmente de cómo lo viva el niño", añade Moriana. Daniel Veiga, orientador del instituto de Secundaria García Barbón, de Verín (Ourense), insiste en que, en todo caso, el escolar debe tener suficiente tiempo libre para "jugar, descansar y estar con la familia" y en que las actividades extraescolares deben "sustituir horas de televisión o de sofá, nunca de convivencia familiar, deberes o juegos".

Unas reglas parecidas (preguntar a los profesores, asegurarse de que el método de enseñanza es el adecuado) se suelen proponer cuando se habla de las actividades de refuerzo, de las típicas clases particulares. Según los datos del Ministerio de Educación, recogidos en 2004, algo menos del 10% de los alumnos de Primaria y el 20% de los de Secundaria recibe ayuda externa en academias o con profesores particulares.

Están bien, continúa Daniel Veiga, si se llega a la conclusión, junto a los profesores, de que el niño realmente lo necesita y, sobre todo, en las primeras etapas, además de la materia se enseña a los chavales a organizarse, planificar, estudiar él solo. Sin embargo, hay que tener cuidado de que todo se reduzca solo a hacer los ejercicios de la materia que se está reforzando o que el estudiante se acostumbre de tal manera a estos apoyos que luego no sea capaz de continuar por él mismo. "Lo que queremos como educacores es que el niño desarrolle el trabajo autónomo también en casa. Y si le ayudamos siempre nosotros como padres o recibe la ayuda de profesores particulares ese objetivo fundamental puede no cumplirse", dice la orientadora escolar de Infantil y Primaria Luz Santesmases.
Además, una vez decidido, es importante ver todas las posibilidades, dice José María Salguero, orientador de Secundaria. Salguero recuerda que en muchos centros se ofrecen refuerzos académicos fuera del horario lectivo, con planes institucionales como el PROA, o con iniciativas con las que alumnos mayores, de Bachillerato, echan una mano a sus compañeros más pequeños, de 1º o 2º de ESO. "Muchas veces esa iniciativa es más interesante, quizá que la asistencia a academias que pueden alargar excesivamente la jornada escolar e impartir contenidos algo distintos a los que se siguen en el colegio", señala.

¿Dónde? ¿Qué? ¿Cuánto? ¿Cómo?
Las necesidades y las jornadas labores de los padres, y su capacidad de gasto, sobre todo en el contexto actual de crisis económica, marcarán la elección de las actividades extraescolares de los niños y adolescentes. Pero incluso con esos imperativos, los económicos y los de cercanía de la oferta, hay bastante margen para elegir. Los especialistas ofrecen una serie de consejos para hacerlo mejor.

- La oferta. La mayoría de los colegios e institutos ofrecen, a través de las asociaciones de padres o de empresas, muy diversas actividades que muchas veces están subvencionadas, por lo que, al menos una a la semana, este tipo de formación complementaria está al alcance de la inmensa mayoría de las familias. También las ofrecen muchos Ayuntamientos, "que pueden costar 30 o 40 euros al año", dice María José Navarro, presidenta de la Federación de Asociaciones de Padres de Valencia. Todo tipo de asociaciones, academias o empresas externas de precio muy variable completan la oferta.
- Los gustos del niño, no de los padres. "La elección debe tomarse teniendo en cuenta la opinión del niño o la niña (preferiblemente según sus gustos, carácter y habilidades). Debemos orientarle pero no imponerle nuestras preferencias", dice el orientador de Secundaria Daniel Veiga. "Es prioritario escoger lo que más le guste y divierta, a la vez que favorezca su desarrollo personal, le ayude a relacionarse con los demás y favorezca su sociabilidad", añade.

- Una posibilidad para cada carácter. Veiga aporta una pequeña guía del tipo de recurso que puyede venir bien según el carácter de cada chico o chica: para alguien tímido, actividades en grupo, pero no competitivas, como danza o teatro; para el perezoso, deportes y actividades individuales como tenis o pintura; para el nervioso, algo que le ayude a dominarse como el yudo o la natación; y para el que le cuesta relacionarse, actividades en grupo como pueden ser el fútbol o el baloncesto. "Las actividades deportivas de grupo son especialmente interesantes para la socialización de determinados menores, sobre todo, en edades clave, de 9 a 13 años", añade el profesor de la Universidad de Córdoba Juan Antonio Moriana.

- Dos o tres a la semana. "Parece que lo más recomendado es una o dos actividades, algunos especialistas insisten en no sobrepasar las tres. Yo pienso que es mejor que pasen tiempo de calidad educativa con sus padres y/o que realicen actividades con ellos, más que desempeñar multitud de extraescolares", dice Moriana.

- El equilibrio. "Un aspecto clave es el hecho de no sobrecargar al escolar. Es imprescindible que disponga de tiempo libre para jugar, descansar y estar con su familia", dice Veiga. Un equilibrio que también debería darse, según el profesor de la Universidad de Almería Jesús de la Fuente, entre las actividades de carácter más lúdico y las de aprendizaje que pueden suponer una ventaja en el futuro. "Es comprensible que las familias se preocupen de que sus hijos e hijas accedan en el futuro al mercado de trabajo con competencias acreditadas (títulos) en idiomas, informática o música", pero estas siempre deberían mantener un equilibrio con las otras, las que ayudan "al desarrollo integral de la personalidad".

- Lo lúdico y lo preprofesional. En todo caso, hay que diferenciar entre lo que sería un aprendizaje lúdico de la música o la danza, o de la práctica de algún deporte, de actividades cuasiprofesionales. "La distancia entre lo lúdico y lo preprofesional tiene importantes implicaciones para los niños y, en muchas ocasiones, los padres fuerzan el amor por una actividad en la que finalmente sus hijos es probable que fracasen. Independientemente del nivel al que llegue el niño, lo importante es que sea feliz y desarrolle la actividad con interés y motivación (se divierta, disfrute, desee que llegue ese momento, etcétera). Un menor con importantes niveles de motivación e interés por la actividad es capaz de tener un rendimiento sobresaliente en el aula y ser un deportista (músico, bailarín...) de élite", dice Moriana.

- El seguimiento. No todos los niños responden de la misma manera a las mismas actividades y la misma carga horaria, por eso, se puede no acertar a la primera, pero siempre se puede rectificar. "Lo mejor sería hablar con los profesores del menor (que conocen su comportamiento dentro del medio escolar), hablar con el propio niño (para valorar sus gustos e intereses) y evaluar de forma continua la evolución del menor en el desarrollo de la actividad y en cómo esta afecta en su funcionamiento personal y escolar. Si el chico disfruta con la actividad y no baja su rendimiento escolar ni su funcionamiento diario, quizás vayamos por el buen camino", asegura Moriana.

jueves, 10 de enero de 2013

ENHORABUENA CRIS!!!!!!!!!




La Academia Pérez quiere dar la enhorabuena a CRISTINA ASENSI PEÑA y a sus padres por todo el esfuerzo y dedicación, que ha hecho que consiga el APROBADO y con ello la obtención del FIRST a nivel internacional.

MUCHAS FELICIDADES CRIS!!!!!!!!! 
 
EL ESFUERZO VALIO LA PENA!!!


LOS LÍMITES EN LOS NIÑOS


En la actualidad no es un tema menor el de los padres de no saber cómo corregir las conductas de los pequeños. Una forma sencilla de corrección si el niño es menor de 5 años (ya que no tienen una consciencia moral de lo que les conviene o lo que realmente les hace bien) es la siguiente:

1) Se debe establecer la regla o conducta deseada.
2) Nos encargamos de que el niño la cumpla.

Esto es muy simple, si un niño tiene que bañarse le digo: “Juan anda a bañarte” si no responde a nuestra petición nos acercamos lo alzamos o lo tomamos de la mano y lo llevamos nosotros mismos al baño.

No debemos repetir reiteradamente la conducta deseada (“anda a bañarte”) hasta el cansancio y cuando lo repetimos tantas veces y no hace caso, nos enojamos, le gritamos y lo llevamos de mala manera.

Se siguen los 2 pasos y  lo llevamos pero con una sonrisa , que sea un momento placentero para ambos.

Si el pequeño ya es más grande de 5 años ya podemos incorporar las consecuencias. En esta etapa ya está formado su superyó de lo que está bien y lo que está mal, sabe que si no va a bañarse cuando la mamá se lo repite varias veces está teniendo una conducta errónea. Por tanto en esta etapa hacia adelante usamos los siguientes pasos sencillos:

1) Establecemos la regla o la conducta deseada.
2) Aviso las consecuencias en caso de no cumplirla.
3) Si no cumple aparece la consecuencia (debemos ser consistentes con lo que decimos y si lo decimos, lo cumplimos) y me encargo de que cumpla con la conducta y si es necesario hasta podemos volver a los pasos de los niños chiquitos de tomarlos de la mano y llevarlos.

Otras formas de modificar la conducta deseada o eliminar la no deseada tiene que ver con técnicas conductuales más elaboradas y que se deben aplicar dependiendo del caso y bajo la supervisión de un profesional para asegurar de que esté bien aplicada y que tenga resultados positivos. Por ejemplo para incrementar la conducta deseable se puede aplicar, refuerzo positivo, refuerzo negativo, economía de fichas, modelado,  moldeamiento y   contrato de conductas. Para disminuir conductas no deseables se puede aplicar: Extinción, Time out, Castigo, reforzamiento diferencial, control de estímulos,  sobrecorrecion y saciación.